18 mayo 2012

JOAN MANUEL SERRAT Y JOAQUÍN SABINA ALCANZAN EN MÉXICO LA CATEGORÍA DE “DISCO DE ORO” POR MÁS DE 30,000 UNIDADES VENDIDAS DE SU MÁS RECIENTE ÁLBUM “LA ORQUESTA DEL TITANIC”, EL CUAL INCLUYE 11 NUEVAS CANCIONES FIRMADAS AL ALIMÓN.

“HOY POR TI, MAÑANA POR MÍ” ES EL TÍTULO DEL PRIMER SENCILLO.
 
“Yo cansado, tú perdida, nos curamos las heridas con ají. Si caminas yo te sigo, si te cansas hago un nido en el arcén. En tus sueños me desvelo, con tus alas alzo el vuelo; tú la flor, yo el colibrí. Si estás triste yo te invento cuatro caricias y un cuento” canta Joan Manuel Serrat, para que continúe Joaquín Sabina: “Ni te tiro de las riendas, ni me piro con las prendas que ofrecí. No me mientas que te creo, por las cuentas del deseo muere el pez”. Es el comienzo de “Hoy por ti, mañana por mí”, la canción elegida como sencillo de su nuevo álbum “La Orquesta del Titanic”.
 
“Hoy por ti, mañana por mí” es una de las grandes y más emocionadas canciones del álbum, que se sostiene sobre una excelente base instrumental, con un estupendo balance rítmico y una letra de gran altura poética que avanza el álbum en el que han unido sus fuerzas Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. “Yo tenía cuatro versos desde hace mil años de los que nunca pude hacer una canción, que era La Orquesta del Titanic, porque me gustaba la idea de que los músicos seguían tocando mientras se hundía todo”, explica Sabina. “Cuando empecé con éste [Serrat] pensé que era una metáfora de la crisis que está cayendo fantástica. Nosotros salimos de gira a divertirnos y a pasarlo bien y el mundo se hunde. Éste lo vio enseguida clarísimo, hizo una melodía de morirse y metió unos versos fantásticos”. Y Serrat remata: “Para mí ha sido una experiencia fantástica trabajar con Joaquín en un producto nuevo, en el cual cada uno ha hecho de letrista y de músico en cada una de las canciones. Ha habido un intercambio constante”.
 
No es el primer disco que graban juntos Serrat & Sabina. En diciembre de 2007 publicaron “Dos pájaros de un tiro”, que reflejaba la gira que realizaron por España, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Pero si aquel era un álbum que alternaba muchas de las grandes canciones ya reconocidas de ambos, “La Orquesta del Titanic” ofrece material inédito con 11 nuevas canciones firmadas al alimón por Serrat & Sabina. “Para mí ha sido muy bonito meterme en la cocina del Serrat. Siempre uno piensa de sus maestros: ¿Cómo lo harán? Ha sido de mucho aprender” afirma Sabina, que continúa: “Ni él ni yo queríamos nuestro equipo médico habitual. Yo no quería sonar a todos mis discos y él tampoco”. 
 
Dicho y hecho. Del equipo de músicos habitual que trabaja con Serrat y Sabina sólo aparece Antonio García de Diego. Producido por Javier Limón (Paco de Lucía, Luz Casal, Bebo & Cigala, Andrés Calamaro y ganador de cinco Grammy Latinos), “La Orquesta del Titanic” es un álbum inspirado en letras y músicas exquisitas, así como con una gran producción y se presentará en concierto en una extensa gira.
 
El disco fue grabado en Madrid y Boston con músicos como Iván “Melón” Lewis (piano, teclados), Tino di Geraldo (batería), Javier Limón (guitarra flamenca, acústica, bouzouki, charango, teclados, zambomba), Noé Socha (guitarra acústica), Alain Pérez (bajo), Charlie Mendes (bajo), Reinier Elizarde “Negrón” (contrabajo), Bandolero (percusión), Juan Heredia (percusión), Belén López (baile y castañuelas), Mara Barros (coro), Lorena Calero (coro) y Antonio García de Diego (guitarra portuguesa, acústica, eléctrica), entre otros músicos.
 
Junto a ellos, hay colaboraciones especiales que explica Sabina: “Como todas las cosas buenas que suceden en los discos ha sido por casualidad. Un día Alejandrito Sanz dijo que quería hacer un solo en un blues y vino y lo hizo. Otro día vi que en un par de canciones una guitarra portuguesa con ese trémolo estaría de morirse y allí estaba Antoñito García de Diego. David Trueba vino a hacer voces un día. Sandra Carrasco también estuvo cantando, y el taconeo de Belén López… Y el cajón de Antonio Carmona”.
 
“La Orquesta del Titanic” aparece con vocación de proyección internacional, como se refleja en la tremenda gira que Serrat & Sabina comienzan el 5 de marzo en Salta (Argentina) y que ofrecerá 18 conciertos en el mítico Luna Park de Buenos Aires, seis en el Auditorio de México y que también pasará por Estados Unidos (Los Ángeles, Miami, Nueva York) en un periplo que recorrerá América y España durante todo 2012.
 
“La Orquesta del Titanic” comienza con la voz de Serrat cantando en el tema que da título al álbum: “Recuerdo que tenía un corazón alérgico a los pólenes. La muerte no existía, éramos asquerosamente jóvenes”, para que Sabina continúe: “Y cuando eché a rodar con mi guitarra cantos de sirena, imaginaba un mar donde mueren el Tajo, el Rhin, el Sena”. Es una canción de orquesta y nostalgia, swingueante, de cierto aroma antiguo y jazz, ambiente a lo Wallace Hartley Band (la orquesta que tocaba en el Titanic, cuyos ocho músicos perecieron en el naufragio), que acaba con la idea que inspiró el álbum (“La orquesta del Titanic no dejó de tocar el fox de los ahogados sin consuelo”) y da paso a “Después de los despueses” (“Se enamoró de mis baladas suburbiales, igual que se enamoran las miopes abogadas defensoras de abyectos criminales”), que camina con un buen balance rítmico, dando una vuelta de tuerca al género que se inspira en la ranchera en una canción de claro aliento sabinero.
 
“Idiotas, palizas y calientabraguetas” (“Porque los locos no son tan tristes, porque un buen polvo no es un trofeo, porque los buenos no son tan grises, no los sabios tan serios, ni los pobres tan feos”) podría leerse en clave rock pero su ritmo se mueve con cadencias brasileñas, mientras “Canción de Navidad” (“No es verdad que me dé naúseas la Navidad. Me conmueven la madre y el niño, la mula y el buey. Lo que pasa es que estalla una bomba en la noche de paz; lo que pasa es que apesta a zambomba el mensaje del Rey”) es un villancico atípico con las castañuelas y el taconeo de Belén López que tiende un puente rítmico al flamenco.
 
“Quince o veinte copas” (“Y aunque no conseguí olvidarme de ti, sin pasión ni reproches decidí envejecer; cuando vuelvo a beber ya no se hace de noche”) huele a Latinoamérica, y “Acuérdate de mí” (“Acuérdate de mí cuando me olvides, que allí donde no estés iré a buscarte, siguiendo el rastro que en el cielo escriben las nubes que van a ninguna parte”) es una de las mejores y más emocionadas canciones del álbum, con una letra definitiva y sin desperdicio, magistral en el oxímoron y apoyada por estupendos arreglos. 
 
“Hoy por ti mañana por mí” (“Yo cansado, tú perdida, nos curamos las heridas con ají. Si caminas yo te sigo, si te cansas hago un nido en el arcén. En tus sueños me desvelo, con tus alas alzo el vuelo, tú la flor, yo el colibrí. Si estás triste yo te invento cuatro caricias y un cuento”) se sostiene sobre una base instrumental repetitiva y rica para otra de las grandes canciones del disco, con la inspiración de versos de Mario Benedetti. Cantada en catalán, “Dolent de mena" también se adorna con la guitarra portuguesa de Antonio García de Diego es un tema con buen groove y, como todo el álbum, no previsible.
 
En “Martínez” (“Y su mala vida, y su burla a la muerte, a rondar la luna se fueron los dos. La vida cantando ronca de aguardiente, la muerte le hace la segunda voz”) el aliento es serratiano con otra excelente letra, mientras “Cuenta conmigo”  (“Si buscas alguien que te trate mal, cuenta conmigo. Yo nunca tuve una mujer fatal ni tú un amigo. Y si se trata de tratarte bien, mejor que un lord con pantalón de cuero, olvídate de chulos todo a cien. Por ti seré un perfecto caballero”) resume el carácter del disco de mezcla musical. ¿Chotis? ¿Fado? ¿Tangos flamencos con aroma porteño? ¿Un recuerdo a las mornas melancólicas de Cesaria Evora? Todo es posible en “Cuenta conmigo”, primer single del álbum y No.1 en iTunes, que abre la puerta al cierre del álbum con “Maldito blues” (“Porque el mañana es una nana con ventanas al desvelo; porque el presente maloliente, de inocente no tiene un pelo. Maldito blues”), un blues acústico y abandonado, con solo de guitarra de Alejandro Sanz y con ese sutil y subterráneo toque flamenco, apenas perceptible, que recorre muchas canciones del álbum y que caracteriza las producciones de Javier Limón.
 
Son las canciones de “La Orquesta del Titanic”, un álbum inspirado en letras y músicas y de producción exquisita, y que Joaquín Sabina ha definido en unos versos aparecidos en el diario Público: “Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, cuando corren por las venas emociones iracundas, sugerimos que no cunda el pánico en la afición; traemos un corazón afinado con la gente que canta a contracorriente del mercado su canción”, para terminar: “Que no se amansen las fieras si, antes de que en primavera, muera el último suspiro, dos pajarracos de un tiro vuelven a la carretera”. 

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